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Tranquilidad para lo que viene 11/02/2016

La obtención de la supercopa además de una estrella más, la cargada al rival, un premio importantante y la clasificación a la Sudamericana, le da tranquilidad al nuevo entrenador para lo que viene.

Por: Aldo Gaibuz


Tranquilidad para lo que viene

Cuando el San Lorenzo de Bauza perdía ante River por la Recopa allá por febrero del 2015, decíamos que ello podía complicar para lo que venía por los nervios, la tensión y la presión por ganar sí o sí algo. Claro, el "Patón" venía con un espaldarazo atrás que era ser el campeón de la Libertadores.

Para Pablo Guede el partido de anoche no era un tema menor. El propio presidente Matías Lammens decía post partido que no entendía "los cuestionamientos previos al entrenador. Dejémoslo trabajar tranquilo". Es que Guede sabía que la presión la tenía, de propios y extraños. Una idea futbolística muy ofensiva, pero con cierta desprotección en defensa, un verano donde los resultados no acompañaron y un empate ante el humilde Patronato, hicieron que a la propuesta del entrenadorse la mirara de reojo.

Pero la demostración futbolística de anoche, vapuleando al Boca de Carlos Tévez y Daniel Osvaldo, le da a Pablo Guede el plafón necesario como para seguir intentando convencer a los futbolístas y a los hinchas que este es el camino, a pesar de tener que dejar en el banco a un ídolo como Romagnoli o a un histórico como Mercier, ganador de mil batallas, afuera de los concentrados.

A la dirigencia se le cuestionó la tardanza en la llegada de los refuerzos, pero Fernando Belluschi y Ezequiel Cerutti, van demostrando su jerarquía, potenciando al resto del equipo. Bauza había pedido tres o cuatro refuerzos para jerarquizar al equipo. No le llegaron a él pero si a Guede. Y Pablo les comenzó a sacar el jugo. Los dos defensores pedidos especificamente poe el entrenador, Marcos Angeleri y el chileno Paulo Díaz pueden ayudar a cerrar la grieta abierta entre la de defensa y el medio.

La ubicación de Mussis es un acierto del técnico. El volante fue cuestionado en el 2015 por su bajo nivel, pero la ubicación como volante derecho lo hacía sentir incómodo. Ahora juega como en el Gimnasia donde fue figura y Néstor Ortigoza se encuentra más relajado al tener jugadores de buen pie a su lado.

Se ganó una estrella más, se aumentó la paternidad sobre Boca, ingresaron 3 millones de pesos, se clasificó para la Copa Sudamericana, pero más importante que todo eso, le dará la tranquilidad al entrenador, a los jugadores, a los dirigentes y por sobre todo a la gente, para lo que viene. Torneo local, Copa Libertadores, Copa Argentina y la Sudamericana nos esperan. Hay mucho por recorrer, pero el primer paso se dio anoche.

 

 


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